Esta patología se produce cuando se degenera el cartílago de las articulaciones de la columna cervical. Es muy frecuente en personas mayores de 50 años y en muchas ocasiones pasa desapercibida. A lo largo de la vida se producen micro traumatismos repetitivos que hacen que el cartílago de las articulaciones que lo recubre y el disco que existe entre las vértebras disminuyen su grosor y pierdan su función de amortiguar el movimiento y absorber impacto sobre esta región. De esta forma, llegan los primeros síntomas de la artrosis como son el dolor y la contractura de los músculos, como mecanismo de defensa ocasionando a su vez rigidez articular y fomentando la degeneración ósea por el roce entre las carillas articulares de las vértebras. En una radiografía es posible ver este desgaste. Además, la formación de osteofitos (protuberancias óseas en los extremos de las vértebras ocasionados por la erosión de la subcondral del hueso) y la disminución de espacio entre una vértebra. Para aliviar los síntomas y modular la evolución de desgaste en ésta región, deberíamos tener en cuenta los siguientes consejos: Hacer ejercicios de movilidad activa y fortalecimiento de la zona cervical y dorsal sin dolor. Mantener una flexibilidad óptima de los tejidos adyacentes a esta región. Relajar la musculatura para que disminuya la tensión en la zona y realizar actividades suaves, como puede ser el ejercicio físico, que provocan liberación de endorfinas.
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