La forma en la que respiramos puede ser el origen de nuestras molestias a nivel lumbar. El origen principal de estos dolores de espalda causados por la respiración es el diafragma. Este músculo que separa el tórax del abdomen no sólo está implicado en la respiración sino también en la estabilización de la columna. Y es que está unido por delante con las últimas costillas del tórax, y por la parte de la espalda con la columna vertebral. En concreto, con las vértebras L1, L2 y L3. Cuando respiramos el diafragma baja hacía abajo para dejar espacio a la expansión de los pulmones, y vuelve a subir cuando soltamos el aire. Y es en este punto donde aparecen los problemas. Las personas que hacen una respiración abdominal y no llegan a expandir bien el tórax acaban teniendo dolores lumbares. Esta forma de llenar nuestro cuerpo de aire es muy habitual entre personas con sobrepeso u obesidad, con una distensión abdominal. Frente a estos pacientes están aquellos cuya respiración se limita al tórax. Se trata de una respiración muy superficial, torácica, y ocurre lo contrario, que como no expanden bien los pulmones, tiran de la musculatura dorsal, provocando dolor en esta zona de la espalda. Es muy habitual en situaciones de estrés, que nos hacen tener respiraciones muy cortas, que no llegan a la parte abdominal.
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