Traquear nuestra propia espalda y cuello se ha vuelto una costumbre que muchos hemos normalizado debido a nuestras rutinas sedentarias y nuestro estilo de vida de largas horas en posiciones inadecuadas; la situación se ha vuelto tan crítica que hemos comenzado a hacerlo de forma inconsciente y automática, pero por más placentero o beneficioso que parezca, esta práctica no es tan saludable como parece. La razón es sencilla: tu columna vertebral es básicamente una maquinaria compleja conformada por muchos componentes, componentes que son delicados y al alterarse afectan a los demás. Si tú actúas sobre uno de ellos, pero no sabes realmente sobre cuál y si ese “engranaje” realmente no necesita la atención que le estás dando, podrías estar causando un desajuste donde antes no había nada. Las posibles consecuencias de traquearte tu propia espalda y cuello suelen ir desde problemas de movilidad hasta lesiones musculares o en los vasos sanguíneos. Puedes desgarrarte un músculo, causarte luxaciones en la columna, estirar de más los ligamentos causando fragilidad e inestabilidad de los mismos y estas consecuencias pueden incluso requerir cirugía en casos agravados.
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